Cuentan los Evangelios que a poco de terminar de instruir a la multitud que le seguía, mediante las parábolas que tanto caracterizaron Su ministerio, un escriba se acercó a Jesús y pronunció una declaración notable: “Maestro, te seguiré adondequiera que vayas”1.
1) Véase Mateo 24:37-39
26) Moroni 10:5