Ver también templosinvestiduramatrimonio en el templo

CONCEPTOS BÁSICOS

— El bautismo (así como sucede con otras ordenanzas) es esencial para la salvación del hombre. Dios no hace acepción de personas. Por tanto ha dispuesto la manera en que las personas que han fallecido sin tener la oportunidad de realizar en vida las ordenanzas de salvación puedan recibirlas a través de la obra vicaria realizada en los templos.
— El bautismo por los muertos habilita a que una persona viva, en representación de una fallecida, sea bautizada por ella en un templo. La persona fallecida podrá aceptar o no la ordenanza efectuada en su beneficio ya que, estando en el mundo de los espíritus, igual conserva la potestad de ejercer su albedrío. Otro tanto ocurre con el resto de las ordenanzas vicarias efectuadas en la Casa del Señor (confirmación, otorgamiento del sacerdocio si es varón, investidura, etc.).
— Por tanto, el evangelio ha sido y está siendo predicado en el mundo de los espíritus a todos aquellos que no tuvieron oportunidad de recibirlo en esta vida.
— Para que un bautismo vicario (y cualquier otra ordenanza vicaria) pueda ser efectuada es necesario que la persona fallecida esté debidamente identificada. Esta es la razón por la cual los miembros de la Iglesia llevan adelante la investigación genealógica y trabajan en su historia familiar.

ESCRITURAS

— Juan 8:1-5
— 1 Corintios 15:29
— 1 Pedro 3:18-20
— Juan 5:24-29
— Doctrina y Convenios 124:29-35
— Doctrina y Convenios 127:5–9
— Doctrina y Convenios 128:1-19, 24
— Doctrina y Convenios 138:1-37, 47- 48, 50, 58-59
— Doctrina y Convenios 137:7-9
— Malaquías 4:5-6
— José Smith – Historia 1:38-39
— Doctrina y Convenios 110:13-16

CONTENIDO ADICIONAL

“ANTES DE CRISTO NO HUBO OBRA EN BIEN DE LOS DIFUNTOS. En las Escrituras hay evidencia suficiente para demostrar que mientras Cristo no abrió la puerta, no hubo obra efectuada en bien de los difuntos, aquellos que murieron sin el privilegio de cumplir con los principios del evangelio, sino hasta después de la crucifixión de El; mas todas las ordenanzas, incluyendo la unión o sellamiento efectuado por Elías el Profeta, estaban limitadas a los vivientes.”
“Después de la resurrección de Cristo, las puertas. fueron abiertas a los muertos, se instituyó la obra vicaria por los difuntos y se extendió la autoridad del sacerdocio poseído por Elías el Profeta para otorgar las bendiciones por los muertos a aquellos que habrían recibido el evangelio en esta tierra si se les hubiera dado la oportunidad.”
“EL MILENIO: UN GRAN PERÍODO PARA LA SALVACIÓN DE LOS MUERTOS. Algunas personas tal vez piensen que es imposible que nosotros realicemos esta obra por los muertos, puesto que no tenemos los nombres de las personas que vivieron en esos tiempos antiguos. No tenemos los anales; no sabemos cómo obtenerlos en esta vida y debe haber habido millones de personas que sin duda fueron honestas y actuaron en la mejor forma posible, pero que murieron sin el conocimiento del evangelio, y cuyos nombres nos es imposible obtener. ¿Cómo van a ser salvos?”
“Tenemos el deber de ir al templo, llevar nuestros registros y trabajar por los muertos de nuestro propio linaje remontándonos tanto como nos sea posible ¿pero qué sucederá con los demás? Os lo diré. La gran obra del Milenio será para la salvación de estas almas. Ahora tengamos claramente presente que no entraremos en la exaltación sino después de la resurrección. Nosotros no entraremos en la exaltación en el mundo espiritual. Allá tendremos privilegios, claro está, según nuestra fidelidad y obediencia al evangelio, pero durante el Milenio —y ese es su gran propósito— iremos a los templos...”
“EN EL MILENIO SE REVELARÁ INFORMACIÓN GENEALÓGICA. Aquellos que estén viviendo aquí en ese entonces, tendrán diaria comunicación con los que ya han pasado por la resurrección, y éstos vendrán con la información, con el conocimiento que no poseemos y lo darán a los que estén en la mortalidad, diciendo “Ahora id al templo y haced esta obra; cuando la hayáis hecho, traeremos otros nombres.” Y de esa forma toda alma que tenga derecho a ocupar un lugar en el reino celestial, será buscada y no será dejada a un lado.”
(presidente Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación t.II, pág. 94-96)

“EN LA IGLESIA ORIGINAL DE JESUCRISTO SE ADMINISTRABA EL BAUTISMO POR LOS MUERTOS. Epifanio, escritor del cuarto siglo, al hacer referencia a los marcionistas, una secta de cristianos a quienes se oponía, dice lo siguiente:”
“En este país — me refiero a Asia— y aun en Galacia, su escuela floreció en gran manera; y nos ha llegado un hecho tradicional relacionado con ellos, que cuando uno de su número moría sin el bautismo, solían bautizar a otro en su nombre, no fuese que en la resurrección padeciera un castigo por no haberse bautizado. (Heresies, 28:7)”
“La siguiente declaración indica que algunas sectas de los primeros cristianos practicaban el bautismo vicario de los vivos a favor de los muertos:”
“Pero más definitivo aún es el testimonio de las actas del Concilio de Cartago, celebrado en el año 897, en las cuales claramente se afirma que los cristianos de aquella época practicaban bautismos vicarios por los muertos, porque en el sexto canon de dicho concilio, la iglesia dominante prohíbe que siga administrándose el bautismo por los muertos. ¿Qué objeto tendría que se formulara este canon contra dicha práctica si no existía entre los cristianos de aquellos días? (Mark E. Peterson, Utah Genealogical and Historical Magazine, abril de 1933, pág. 68.)”
(LeGrand Richards, “Una Obra Maravillosa y un Prodigio”, pág. 98)

OTRAS REFERENCIAS

“Sálvate y Salva a los Tuyos”, por élder Bruce R. McKonkie , Liahona, agosto de 1977, pág. 5

La Casa del Señor, por James E. Talmage

El Santo Templo, por Boyd K. Packer