CONVENIOS

CONCEPTOS BÁSICOS

— Un convenio es un acuerdo sagrado y solemne entre Dios y una persona o un grupo de personas. En él se determinan ciertas condiciones que la(s) persona(s) debe(n) cumplir, a cambio de las cuales, el Señor promete otorgar bendiciones para el beneficio y bienestar temporal o eterno de esa(s) persona(s).
— Una vez aceptado el convenio, si no se cumple con él no se recibirán las bendiciones prometidas. En algunos casos, la violación de un convenio puede traer como consecuencia un castigo divino.
— Desde un punto de vista global, el «nuevo y sempiterno convenio» es el evangelio tal cual ha sido predicado por Sus profetas y de acuerdo a las revelaciones recibidas desde los cielos. De esta forma, el evangelio incluye todos los demás convenios de Dios con el hombre. El hombre entra en ese nuevo y sempiterno convenio a través del bautismo.
— Aparte del bautismo, algunos de los convenios incluidos en el evangelio son:
— «El realizado a través de la ordenanza del sacramento (Santa Cena)», en que se renueva, a su vez, el convenio hecho en las aguas bautismales.
— «El juramento y convenio del Sacerdocio», en el cual “quienes son fieles hasta obtener (los) dos sacerdocios (Aarónico y de Melquisedec) ... , y magnifican su llamamiento, son santificados por el Espíritu para la renovación de sus cuerpos (y) llegan a ser los hijos de Moisés y de Aarón, y la descendencia de Abraham, y la iglesia y reino, y los elegidos de Dios... por tanto, todo lo que (el) Padre tiene le(s) será dado.” (DYC 84:33-38)
— El «nuevo y sempiterno convenio del matrimonio», mediante el cual marido y mujer hacen convenio de exaltación y se les promete que si son fieles, recibirán todo lo que el Padre tiene. (D.& C. 131:1-4; 84:39-41;132; Núm. 25:13.)
— El «diezmo», que promete al fiel bendiciones espirituales y temporales. (Mal. 3:7-12; D.&C. 119.)
— El «día de reposo», un convenio entre Dios y su pueblo a través del cual se consagra ese día al Señor y se nos promete que nuestro gozo será cabal. (Ex 31:16; D.& C. 59:9-20.)
— «La Palabra de Sabiduría», un convenio que establece que quienes “se acuerden de guardar y hacer (lo que requieren sus condiciones y además) rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos; y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos; y correrán sin fatigarse, y andarán sin desmayar. Y ... el Señor, les promet(e) que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matara”. (D.& C. 89.)
— «La Orden Unida», la cual asegura a quienes la reciban [por convenio una recompensa celestial a los santos que guarden sus principios de consagración y fidelidad.(D.& C. 42:30; 78:11; 82:11, 15, 21; 104:4)
— En los templos se realizan varios convenios que pertenecen a la exaltación.
— De manera que, a medida que una persona progresa en su fidelidad, va entrando en convenios con el Señor hasta que los recibe todos y de esa forma “su elección y vocación (son) confirmadas”(Enseñanzas del Profeta pág.82 , D.& C 131:5)
— En el pasado, el Señor ha hecho convenios especiales para propósitos particulares con personas o grupos en particular. Por ejemplo, lo que convino con Noé de que nunca más destruiría la tierra otra vez por agua, estableciendo el arco iris como señal de dicho convenio. (Gen. 9:12-13.); el convenio de la circuncisión dado a Abraham, el cual debía observarse entre el linaje escogido hasta que fuera cumplido en Cristo. (Gén. 17:11-14; Moro. 8:8.); el convenio concertado con Lehi de que América sería para siempre una tierra de herencia para su simiente. (2 Ne. 1, ver también D.& C.38:20).
— El libro de Mormón y la Biblia constituyen también un convenio según las palabras del Señor reveladas en Doctrina y Convenios. (D. y C. 84:57, 1 Nefi 13:40-41).

ESCRITURAS

— Éxodo 19:5
— Jueces 2:1
— 1 Nefi 15:18
— Mosíah 5:5-11
— Doctrina y Convenios 25:13
— Doctrina y Convenios 42:78
— Doctrina y Convenios 136:4

CONTENIDO ADICIONAL

“Muchos de nosotros hemos salido por mandato del Señor, arrostrando todo lo que es malo, y hemos obtenido bendiciones inefables, de lo cual ha resultado que nuestros nombres han quedado grabados en el libro de la vida del Cordero, porque el Señor lo ha dicho. Todo élder tiene el privilegio de hablar de las cosas de Dios; y si todos pudiésemos lograr ser de un corazón y ánimo, con fe perfecta, el velo bien pudiera partirse hoy o la semana entrante o cualquier otro tiempo; y si tan sólo nos purificamos y hacemos convenio con Dios de servirlo, es nuestro el privilegio de tener la seguridad de que Dios nos protegerá a toda hora.”
(José Smith, “Enseñanzas del Profeta”, pág.6)

“He tenido la impresión de que si podemos motivar a nuestro pueblo a vivir de acuerdo con tres o cuatro convenios, todo lo demás encajará en su sitio…
“El primero de estos convenios es la Santa Cena, donde tomamos sobre nosotros el nombre del Salvador y acordamos guardar Sus mandamientos con la promesa que nos hace de que nos bendecirá con Su espíritu…
“Segundo, el convenio del diezmo… La promesa… dice que Él reprenderá al devorador y que abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendición hasta que sobreabunde…
“Tercero, los convenios del templo: El sacrificio o la disposición para sacrificarse por la obra del Señor —e inherente a esta ley es la esencia misma de la Expiación… La consagración, relacionada con la anterior, es la disposición para darlo todo, si fuere necesario, para colaborar con el progreso de esta obra. También es un convenio de amor y lealtad mutuos a los vínculos del matrimonio, la fidelidad, la castidad y la moralidad.
“Si tan sólo nuestro pueblo aprendiera a vivir según estos convenios, todo lo demás encajaría en su sitio y yo me daría por satisfecho”.
(presidente Gordon B. Hinckley, “Teachings of Gordon B. Hinckley”,1997, págs. 146–147)

"Uno podría preguntarse: '¿Cómo se hace para ser un seguidor más fiel de la rectitud?'. Una persona recta es aquella que hace y guarda convenios del Evangelio. Éstos son contratos santos, generalmente entre las personas y el Señor; en ocasiones también se incluye a otras personas, como por ejemplo, los cónyuges. Los convenios comprenden las promesas y los compromisos más sagrados, como son el bautismo, el otorgamiento del sacerdocio, las bendiciones del templo, el matrimonio y el ser padre o madre...”
(presidente James E. Faust, “La llave del conocimiento de Dios”, Liahona noviembre 2004, pág. 52)

“La persona viola [su] convenio del sacerdocio quebrantando los mandamientos, pero también al no cumplir con sus obligaciones. Por consiguiente, para quebrantar ese convenio basta con no hacer nada.”
(presidente Spencer W. Kimball, “Guardemos los convenios y honremos el sacerdocio”, Liahona, enero de 1994, págs. 45–46)

“Este camino que cada uno de nosotros ha escogido, el camino por el que nos socorre nuestro Salvador, es el camino del convenio. Comenzando con nuestro bautismo, hacemos convenios conforme seguimos ese sendero que conduce a la vida eterna y nos mantenemos en el camino al observar dichos convenios... Las impresiones del Espíritu Santo bastarán siempre para nuestras necesidades si observamos los convenios que hemos hecho. La mayoría de los días es un camino cuesta arriba, pero la ayuda que recibimos para el ascenso es, literalmente, divina. Contamos con la ayuda de los tres miembros de la Trinidad —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo— debido a los convenios que hemos concertado.”
(élder Jeffrey R. Holland , “Lo que deseo que todo miembro nuevo sepa y que todo miembro experimentado recuerde”, Liahona, octubre de 2006, págs. 11–12)

“Al reconocer que somos hijos del convenio, sabemos quiénes somos y lo que Dios espera de nosotros; Su ley se escribe en nuestros corazones; Él es nuestro Dios y nosotros somos Su pueblo. Los consagrados hijos del convenio permanecen firmes, aun en medio de la adversidad. Cuando esa doctrina se arraiga profundamente en nuestro corazón, incluso el aguijón de la muerte se hace leve y nuestra fortaleza espiritual se vigoriza.
“El mayor cumplido que uno puede recibir aquí en esta vida es que se le considere alguien que guarda sus convenios. Las recompensas para quien guarde sus convenios vendrán tanto aquí como en la vida venidera.”
(élder Russell M. Nelson, “Convenios”, Liahona noviembre 2011, pág. 88)

“Cuando ustedes y yo vayamos a las santas casas de Dios, cuando recordemos los convenios que hemos hecho allí, seremos más capaces de soportar toda prueba y superar cada tentación. En ese sagrado santuario encontraremos paz, seremos renovados y fortalecidos.”
(presidente Thomas S. Monson, “El Santo Templo: Un faro para el mundo”, Liahona, mayo de 2011, pág. 93)

OTRAS REFERENCIAS

“El Poder de los Convenios”, por el élder D. Todd Christofferson, Liahona, mayo de 2009, pág. 19
“Honorablemente [retener] un nombre y una posición”, por el élder David A. Bednar, Liahona mayo de 2009, pág. 97
“Convenios”, por el élder Russell M. Nelson, Liahona noviembre de 2011, pág. 86

 


 

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