CONCEPTOS BÁSICOS
— La adversidad forma parte del plan de redención en la medida en que nos abre la puerta a la humildad y al perfeccionamiento que viene por la gracia de nuestro Señor.
— Debemos prepararnos para enfrentar la adversidad en nuestros tiempos de prosperidad.
— Ninguna prueba es interminable y si la sobrellevamos bien, Dios nos bendecirá abundantemente.
— Nunca seremos probados por Dios más allá de lo que podamos resistir.
— Enfrentamos mejor la adversidad si nos perdemos en el servicio de los que sufren.
— Las pruebas nos conceden la oportunidad de demostrar nuestra fidelidad a Dios.
— Para vencer la adversidad debemos orar siempre, fortalecernos escudriñando las Escrituras, ir a Cristo y buscar Su ayuda, congregarnos con Su iglesia y servir en Su reino.
ESCRITURAS
— Alma 7:11–13
— Doctrina y Convenios 121:7–10; 122:5-9
— Alma 32:6–8
— Salmos 37:39
— Abraham 3:25
— 2 Nefi 2:11
— Éter 12:27
— 1 Corintios 10:13
— Doctrina y Convenios 10:5
— Doctrina y Convenios 121:45-46
— 2 Timoteo 1:7
— 2 Nefi 2:25
— Doctrina y Convenios 68:6
CONTENIDO ADICIONAL
"Mi propósito hoy es asegurarles que
nuestro Padre Celestial y el Salvador
viven y que aman a toda la humanidad.
El solo hecho de que tengamos
la oportunidad de enfrentar la adversidad
y la aflicción es parte de la evidencia
de Su amor infinito. Dios nos dio el
don de vivir como seres mortales a fin
de que nos preparáramos para recibir
el más grande de todos Sus dones, que
es la vida eterna. Entonces, nuestro espíritu
cambiará, y seremos capaces de
querer lo que Dios quiera, de pensar
como Él piense, y así estar preparados
para que se nos confíe una posteridad
sin fin, para enseñar y guiar durante las
pruebas, para que merezcan vivir por
siempre en la vida eterna."
“Es obvio que, para tener ese don y
recibir esa responsabilidad, debemos
transformarnos al tomar decisiones
rectas cuando éstas sean difíciles de
tomar. Al tener esas experiencias penosas
y probatorias en la tierra, se nos
prepara para confiarnos ese gran cometido.
Sólo podemos recibir esa
educación si estamos sujetos a pruebas
mientras servimos a Dios, y por
Él, a nuestros semejantes."
(presidente Henry B. Eyring, “La Adversidad”, Liahona mayo 2009, pág. 23)
“El Evangelio restaurado de
Jesucristo nos ayuda a saber cómo ser
merecedores de la fortaleza del Señor
mientras luchamos con la adversidad,
nos dice por qué nos enfrentamos
con pruebas en la vida y, aun más importante,
nos indica cómo recibir protección
y ayuda del Señor....Perseverar o sobrellevar
bien las pruebas consiste en
guardar esos mandamientos sean cuales
sean la oposición, la tentación o la
confusión que nos rodee.”
(presidente Henry B. Eyring, “Con la fuerza del Señor”, Liahona mayo 2004, pág. 16, 17)
"La historia de la Iglesia en ésta, la
dispensación del cumplimiento de los
tiempos, está repleta de experiencias
de los que han luchado pero que han
permanecido firmes y con buen ánimo
al hacer del evangelio de Jesucristo el
punto central de su vida. Esa actitud es
lo que nos ayudará a superar lo que se
interponga en nuestro camino. No eliminará
nuestros problemas, pero nos
permitirá enfrentar los desafíos, con
confianza, y salir victoriosos.
Son muchos los ejemplos de personas
que han enfrentado circunstancias
difíciles, pero que han perseverado
y triunfado a raíz de que su fe en el
Evangelio y en el Salvador les ha dado
la fuerza que necesitaban."
(presidente Thomas S. Monson, “Sed de Buen Ánimo”, Liahona mayo 2009, pág. 89)
“El aprender a sobrellevar los momentos
de desilusión, sufrimiento y
pesar es parte de nuestra capacitación
sobre la marcha. Esas experiencias,
aunque a menudo son difíciles de soportar
en el momento, son precisamente
el tipo de experiencias que
expanden nuestra comprensión, edifican
nuestro carácter y aumentan
nuestra compasión por los demás.”
“El secreto sencillo es éste: pon tu
confianza en Dios, haz lo mejor que
puedas y luego déjale el resto a Él.”
(élder Joseph B. Wirthlin, “Venga lo que venga, disfrútalo”, Liahona Noviembre 2008, pág. 26, 28)
OTRAS REFERENCIAS
“Venga lo que venga, disfrútalo”, por el élder Joseph B. Wirthlin, Liahona, Noviembre 2008
“Tragedia o Destino”, por el presidente Spencer W. Kimball