APOSTASÍA - DISPENSACIÓN

CONCEPTOS BÁSICOS

— Estado o período en el cual las personas, la Iglesia o naciones enteras se apartan de la verdad. A la inversa, cuando el evangelio es predicado por la autoridad del Sacerdocio (profetas), se llama a ese período una dispensación.
— Desde la Caída, la humanidad ha pasado por una serie de dispensaciones y períodos de apostasía. El pueblo de Dios, después de años de rectitud, se vuelve a la iniquidad hasta que atribulado por las consecuencias de su desobediencia, se arrepiente y vuelve al Señor.
— Después de la muerte de Jesucristo, Sus apóstoles continuaron la obra bajo la dirección de Pedro. Sin embargo, después de unos años y a la desaparición de los apóstoles, “los hombres corrompieron los principios del Evangelio e hicieron cambios desautorizados en la organización de la Iglesia y en las ordenanzas del sacerdocio. Debido a esa iniquidad tan generalizada, el Señor retiró de la tierra la autoridad del sacerdocio. Durante la Gran Apostasía, la gente quedó sin la dirección divina de profetas vivientes. Se establecieron muchas iglesias, pero éstas no contaban con el poder del sacerdocio para llevar a la gente al verdadero conocimiento de Dios el Padre y de Jesucristo; se corrompieron o se perdieron partes de las Santas Escrituras, y nadie tenía la autoridad para conferir el don del Espíritu Santo o realizar otras ordenanzas del sacerdocio. Esa apostasía duró hasta que nuestro Padre Celestial y Su Hijo Amado se aparecieron a José Smith en 1820 y dieron inicio a la restauración de la plenitud del Evangelio.” (Leales a la Fe, pág. 18)
— En el continente americano, entre los nefitas, también se sucedieron épocas de apostasía y rectitud.
— La actual dispensación del Cumplimientos de los Tiempos es la última y no habrá más apostasía, sino que al final de esta dispensación, se producirá la Segunda Venida de Jesucristo.

ESCRITURAS

— Mormón 8:28, 31–41
— Isaías 29:10, 13
— Amós 8:11
— 2 Tesalonicenses 2:1-4
— Hechos 20:28-30
— 2 Timoteo 3:1-5
— 2 Pedro 2:1-3
— 1 Nefi 13:26
— 2 Nefi 26:20
— José Smith – Historia 1:19

CONTENIDO ADICIONAL

“Durante la apostasía se perdieron las llaves del sacerdocio, y algunas de las preciadas doctrinas de la Iglesia que organizó el Salvador fueron alteradas, entre las que destacan el bautismo por inmersión; la recepción del Espíritu Santo mediante la imposición de manos; la naturaleza de la Trinidad, respecto a que son tres Personajes diferentes; que toda la humanidad resucitará merced a la Expiación de Cristo,“así… justos como… injustos; la revelación continua, en cuanto a que los cielos no están cerrados; y la obra del templo tanto por los vivos como por los muertos.”
(Presidente James E. Faust, “La Restauración de todas las cosas”, Liahona mayo 2006, pág. 61)

“El Estandarte de la Verdad se ha izado. Ninguna mano impía puede detener el progreso de la obra: las persecuciones se encarnizarán, el populacho podrá conspirar, los ejércitos podrán juntarse, y la calumnia podrá difamar, mas la verdad de Dios seguirá adelante valerosa, noble e independientemente, hasta que haya penetrado en todo continente, visitado toda región, abarcado todo país y resonado en todo oído, hasta que se cumplan los propósitos de Dios, y el gran Jehová diga que la obra está concluida."
(José Smith, “La carta a Wentworth”, 1 Marzo 1842)

"Les daré una de las claves de los misterios del reino. Es un principio eterno, que ha existido con Dios por todas las eternidades, que el hombre que se levante para condenar a los demás, criticando a la Iglesia, diciendo que se han desviado, mientras que él es justo, sepan sin duda alguna que ese hombre va por el camino que conduce a la apostasía; y si no se arrepiente, así como Dios vive, apostatará.”
(José Smith, History of the Church, 3:385; tomado de un discurso que dio el 2 de Julio de 1839, en Montrose, Iowa; informe de Wilford Woodruff y Willard Richards.)

“Antes de Su muerte, Él (el Salvador) había llamado y ordenado a Sus apóstoles; ellos llevaron adelante la obra por un tiempo; Su Iglesia estaba establecida.
“Transcurrieron los siglos. Una nube de obscuridad se asentó sobre la tierra…
“Era una época de pillaje y sufrimiento, caracterizada por largos y sangrientos conflictos…
“Pasaron los primeros mil años y daba comienzo el segundo milenio. Sus primeros siglos eran una continuación de los anteriores; eran tiempos cargados de temor y sufrimiento…
“… a medida que los años continuaban su marcha inexorable, la luz del sol de un nuevo día empezaba a alumbrar la tierra. Era el Renacimiento, un espléndido florecimiento del arte, de la arquitectura y de la literatura.
“Los reformadores se esforzaron por cambiar la Iglesia. Éstos fueron hombres de gran valor, algunos de los cuales padecieron crueles muertes por sus creencias… Lo único que ellos deseaban era encontrar la forma mediante la cual pudieran adorar a Dios como ellos pensaban que se le debía adorar.
“Mientras esa causa se intensificaba por el mundo cristiano, las fuerzas políticas también se empezaban a movilizar. Vino entonces la Revolución Americana, la cual dio como resultado el nacimiento de una nación, cuya constitución declaraba que el gobierno no debía intervenir en asuntos religiosos. Era la alborada de un nuevo día, un día glorioso: Allí ya no hubo más una iglesia de estado; no se favorecía a una religión más que a otra.
“Después de siglos de tinieblas, dolor y luchas llegó el momento propicio para la restauración del Evangelio. Los antiguos profetas habían hablado de este día tan esperado.
“El albor de ese día glorioso fue en el año 1820 en el que un jovencito, con sinceridad y fe, se dirigió hacia una arboleda y elevó su voz en oración, en busca de esa sabiduría que pensaba que tanto necesitaba.”
(presidente Gordon B. Himckley, “En el cenit de los tiempos”, Liahona, enero de 2000, págs. 88–89)

OTRAS REFERENCIAS

“Preparativos para la Restauración y la Segunda Venida: 'Te cubriré con mi mano'”, por el élder Robert D. Hales, Liahona, Noviembre 2005


 

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