Ver también Autosuficiencia

CONCEPTOS BÁSICOS

— El Evangelio es el Plan de Felicidad preparado por nuestro Padre Celestial para Sus hijos. Abarca tanto la salvación espiritual como la temporal de los santos.
— La Iglesia ha establecido el Plan de Bienestar para ayudar a todos los miembros a ser más autosuficientes y proveer a las necesidades de los pobres y los necesitados conforme a la manera del Señor.
— La autosuficiencia consiste en usar todas las bendiciones que recibimos de nuestro Padre Celestial para cuidar de nosotros mismos y de nuestras familias, y en buscar soluciones para nuestros propios problemas.
— Cada uno de nosotros debe comprometerse a cuidar más plenamente del pobre y del necesitado, mostrando compasión y ayudando personalmente a quienes lo necesiten, ofreciéndoles de su tiempo, de sus talentos, de su fortaleza emocional y espiritual y de las bendiciones temporales con las que el Padre Celestial le ha bendecido.
— El Señor nos ha dado la ley del ayuno y ha establecido las ofrendas de ayuno para que los Santos de los Últimos Días cuiden de los necesitados. Mediante ese medio se bendice al que recibe y al que da, de manera que ambos son edificados.

ESCRITURAS

— Mosíah 4:26
— Moroni 6:5, 9
— Doctrina y Convenios 52:40
— Doctrina y Convenios 58:27
— Isaías 58:6–12
— Doctrina y Convenios 42:31
— Doctrina y Convenios 44:6
— Doctrina y Convenios 104:14-18
— Doctrina y Convenios 78:13-14
— Gálatas 6:4–5
— Doctrina y Convenios 84:106
— Doctrina y Convenios 38:30

CONTENIDO ADICIONAL

“Ahora, este programa de bienestar es parte del programa del Señor. Es parte del Evangelio y no creo que sólo se haya dado para el beneficio de los pobres… Él nos lo dio para nuestro beneficio, así lo pienso. Pienso que nos dio la Ley del Diezmo para el beneficio de la gente que lo paga, más que para el beneficio de los que reciben del diezmo.
“No es posible ser misericordioso con los demás sin recibir una cosecha de misericordia a cambio.”
(presidente Gordon B. Hinckley, "Bienaventurados los misericordiosos...", Liahona, julio de 1986, pág. 83)

“No se ve a Dios, desde el punto de vista de qué podemos obtener de Él, sino de qué le podemos dar a Él."
(presidente David O. McKay, Conference Report [Informe de la Conferencia General], octubre de 1953, pág. 10)

"Debéis continuar teniendo presente que lo temporal y lo espiritual están mezclados. No son separados; uno no puede continuar sin el otro, en tanto que estemos aquí en la mortalidad. Los Santos de los Últimos Días no sólo creen en el evangelio de salvación espiritual sino también en el evangelio de salvación temporal Nosotros no creemos que sea posible que los hombres sean cristianos realmente buenos y fieles, a menos que también puedan ser personas buenas, fieles, honradas e industriosas. Por lo tanto, predicamos el evangelio de industria, el evangelio de economía, el evangelio de sobriedad.”
(Joseph F. Smith, Gospel Doctrine, Deseret Book, págs. 208-209)

“Nuestro propósito principal era el establecer, tan pronto como fuese posible, un sistema mediante el cual se pudiera acabar con la maldición de la ociosidad, se abolieran los daños de la limosna, y que la independencia la industria, la frugalidad. y el autorrespeto se establecieran una vez más entre nuestra gente. El designio de la Iglesia es ayudar a la gente a ayudarse a sí misma. El trabajo ha de ocupar nuevamente el trono como principio gobernante en la vida de los miembros de la Iglesia.”
(la Primera Presidencia, Conference Report, octubre de 1936, pág. 3)

“El verdadero objetivo del Plan de Bienestar es la edificación de carácter en los miembros de la Iglesia, tanto en los que dan como en los que reciben, destacando todo aquello que sea de valor en lo más profundo de su ser, y sacando a florecer y dar fruto la riqueza latente del espíritu, lo cual después de todo es la misión, el propósito y la razón de pertenece a esta lglesia.”
(presidente Rueben J. Clark)

“A todo hombre y mujer… de esta Iglesia que pague un diezmo justo, sea grande o pequeño, expreso mi gratitud por la fe de sus corazones… Expreso agradecimiento a los que pagan ofrendas de ayuno. El costo para el donante es nada más que dos comidas al mes. Esto es el fundamento de nuestro Programa de Bienestar.”
(presidente Gordon B. Hinckley, “Los tiempos en los que vivimos”, Liahona, enero de 2002, pág. 85 )

“Entre los miembros de la Iglesia son demasiadas las personas que han caído innecesariamente en deuda y que tienen (si es que tienen) muy poco dinero ahorrado. La solución para este problema es estar dispuestos a vivir dentro de lo que sus medios económicos les permitan y, si es posible, ahorrar algo para el futuro.”
(presidente Thomas S. Monson, “Los principios de bienestar personal y familiar”, Liahona, febrero de 1987, págs. 4–5)

“Ningún fiel Santo de los Últimos Días que esté física o emocionalmente capacitado, cederá voluntariamente la carga de su propio bienestar o el de su familia a otra persona, sino que mientras pueda, bajo la inspiración del Señor y con sus propios esfuerzos, se abastecerá a sí mismo y a su familia de los elementos espirituales y temporales necesarios para la vida.”
(presidente Spencer W. Kimball, “Los servicios de bienestar: El Evangelio en acción”, Liahona, enero de 1978, pág. 111)

“El progreso [individual] que requiere el plan del Evangelio sólo se lleva a cabo en una cultura de esfuerzo y responsabilidad personal. No puede ocurrir en una cultura de dependencia. Cualesquiera sean las causas que nos hagan depender de alguien más para decisiones o recursos que nosotros mismos podríamos proporcionar, nos debilita espiritualmente y retrasa nuestro progreso hacia lo que el plan del Evangelio desea que seamos.”
(élder Dallin H. Oaks, “Arrepentimiento y cambio”, Liahona, noviembre de 2003, pág. 40)

“En los almacenes del Señor se encuentran tiempo, talento, habilidades, compasión, material consagrado y medios económicos de los miembros fieles de la Iglesia. Estos recursos están a disposición del obispo para que ayude con ellos a los necesitados.”
(presidente Thomas S. Monson, “Los principios de bienestar personal y familiar”, Liahona, febrero de 1987, pág. 7)

“Hay un presagio de tiempo tormentoso al cual debemos hacer caso… Nadie sabe cuándo surgirá una emergencia... Pongan sus casas en orden. Si han liquidado sus deudas y cuentan con una reserva, por pequeña que sea, entonces, aunque las tormentas azoten a su alrededor, tendrán refugio para su esposa e hijos y paz en el corazón. Eso es todo lo que tengo que decir al respecto, pero quiero decirlo con todo el énfasis con el que me es posible expresarlo.”
(presidente Gordon B. Hinckley, “A los jóvenes y a los hombres”, Liahona, enero de 1999, págs. 65–66)

“Podemos comenzar modestamente. Empezar por almacenar alimentos para una semana e ir poco a poco aumentando a un mes y después a tres. Hablo de alimentos para cubrir las necesidades básicas. Como todos sabemos, ese consejo no es nuevo, pero temo que muchos piensen que el almacenamiento de alimentos para largo plazo esté tan fuera de su alcance, que no hagan ningún esfuerzo al respecto. Comiencen poco a poco, mis hermanos, y gradualmente diríjanse al logro de un objetivo razonable.”
(presidente Gordon B. Hinckley,“A los hombres del sacerdocio”, Liahona, noviembre de 2002, pág. 58)

OTRAS REFERENCIAS

“El gran mandamiento”, por el élder Joseph B. Wirthlin, Liahona, Noviembre 2007
“El amor de Dios”, por el Pte. Dieter F. Uchtdorf, Liahona, Noviembre 2009
“La obra santificadora de Bienestar”, por obispo H. David Burton, Liahona, mayo 2011, pág. 81
“El proveer conforme a la manera del Señor”, por presidente Dieter F. Uchtdorf, Liahona, noviembre 2011, pág. 53
“El Almacenamiento en el Hogar”
“La Natureza Celestial de la Autosuficiencia”, por presidente Marion G. Romney, Liahona, marzo 2009, págs. 15-19