CONCEPTOS BÁSICOS
— El sacerdocio es la autoridad y el poder que Dios da al hombre para actuar en todas las cosas relacionadas con su salvación.
— El sacerdocio debe ser manejado conforme a principios de rectitud. No nos faculta a “encubrir nuestros pecados, o satisfacer nuestro orgullo, nuestra vana ambición, o ejercer mando, dominio o compulsión sobre las almas de los hijos de los hombres, en cualquier grado de injusticia”.
— La autoridad del sacerdocio de Dios y Su Iglesia fueron restablecidos mediante la ministraciones celestiales que el profeta José Smith recibió al comienzo de esta última dispensación.
— El poder del sacerdocio sólo se manifiesta mediante la dignidad de quien lo ejerce. Debe ser ejercido por “persuasión, por longanimidad, benignidad, mansedumbre y por amor sincero; por bondad y por conocimiento puro, lo cual ennoblecerá grandemente el alma sin hipocresía y sin malicia”.
— El sacerdocio gobierna la Iglesia a través de los líderes llamados por el Señor, bajo la dirección del Profeta que posee todas las llaves para presidirla. La dirección de la familia también debe ser ejercida bajo el poder del sacerdocio, conforme a los principios de rectitud y bajo la presidencia del padre, quien actúa en unidad con su esposa.
— Las familias que no cuentan con poseedores fieles del sacerdocio en su hogar, reciben apoyo a través de los maestros orientadores y los líderes de la unidad a la cual pertenecen.
ESCRITURAS
— Éxodo 19:6
— 1 Pedro 2:9
— Doctrina y Convenios 50:26-27
— Doctrina y Convenios 121:35-38
— Proclamación sobre la Familia
— Doctrina y Convenios 42:11
— Doctrina y Convenios 84:33-42
— Doctrina y Convenios 107:99-100
— Doctrina y Convenios 81:5
— Doctrina y Convenios secciones 20, 84, 107 y 121
CONTENIDO ADICIONAL
“Cada uno de nosotros ha sido preordenado
para llevar a cabo alguna
obra como siervo escogido [de Dios],
en quien ha considerado apropiado
conferir el sacerdocio y el poder para
actuar en Su nombre. Siempre tengan
presente que la gente espera dirección
de ustedes y que están influyendo
en la vida de las personas para
bien o para mal, influencia que se
sentirá a través de las generaciones
que están por venir.”
(presidente Nathan Eldon Tanner, “For They Loved the Praise of Men More Than the Praise of God”, Ensign, noviembre de 1975, pág. 74)
“Estén atentos a la inspiración del
Espíritu al utilizar el privilegio supremo
de actuar en el nombre del Señor
mediante el sacerdocio que poseen.
Estén más atentos de cómo pueden
utilizar mejor el poder del sacerdocio
en la vida de quienes aman y a quienes
prestan servicio."
(élder Richard G. Scott, “Honra el sacerdocio y utilízalo bien”, Liahona noviembre 2008, pág. 46)
"Por lo
general, al sacerdocio se le define
simplemente como ‘el poder de Dios
delegado al hombre’. Creo que esa
definición es correcta.”
“…pero, por razones
prácticas, me gusta definirlo en términos
de servicio y con frecuencia lo llamo
‘el plan perfecto de servicio’, y lo
llamo así porque pienso que sólo por
el empleo del divino poder conferido
al hombre puede éste tener esperanza
de llegar a comprender la importancia
y la vitalidad plenas de esta
investidura. Es un instrumento de servicio…
y es posible que el hombre
que no lo use lo pierda, pues se nos
dice claramente en una revelación
que el que lo descuide ‘no será considerado
digno de permanecer’.”
(presidente Stephen L. Richards, citado por Thomas S. Monson en Liahona, julio de 1992, págs. 54–55)
“Cuando uno llega a ser un
poseedor del sacerdocio, se convierte
en un agente del Señor; debe considerar
su llamamiento como si estuviera
en la obra del Señor.”
(presidente Harlod B. Lee, “Stand Ye In Holy Places”, 1974, pág. 255)
“La mayoría de los actos de servicio
de los poseedores del sacerdocio se
realizan calladamente y sin ostentación:
una sonrisa amistosa, un cálido
apretón de manos, un testimonio sincero
de la verdad, pueden literalmente
elevar vidas, cambiar la naturaleza
humana y salvar almas preciosas.”
(presidente Thomas S. Monson, “Aprendamos, hagamos, seamos”, Liahona noviembre 2008, pág. 60)
“El sacerdocio es la autoridad y el
poder que Dios ha concedido a los
hombres sobre la tierra para actuar
por Él. Cuando la autoridad del sacerdocio
se ejerce como es debido, los
portadores del sacerdocio hacen lo
que Él haría si estuviera presente.”
(élder Boyd K. Packer, “ El poder del sacerdocio”, Liahona mayo 2010, pág. 7)
“Ahora bien, padres, quisiera recordarles
la naturaleza sagrada de su llamamiento.
Se les ha dado el poder del
sacerdocio directamente del Señor
para proteger su hogar. Habrá ocasiones
en que el único escudo que haya
entre su familia y la malicia del adversario
será ese poder. Ustedes recibirán
dirección del Señor por medio del
don del Espíritu Santo."
“El adversario no está perturbando
activamente nuestras reuniones de la
Iglesia; quizá sólo lo haga ocasionalmente.
En general, tenemos la libertad
de reunirnos según nuestros deseos
sin mucha interrupción. Pero él y
aquellos que lo siguen son persistentes
al atacar al hogar y a la familia."
“El objetivo principal de toda actividad
de la Iglesia es que el hombre, su
esposa y sus hijos sean felices en el
hogar, protegidos por los principios
y las leyes del Evangelio, sellados de
manera segura en los convenios del
sacerdocio sempiterno."
“Cada ley, y principio y poder, cada
creencia, cada ordenanza y ordenación,
cada convenio, cada discurso y
cada Santa Cena, cada consejo y corrección
los sellamientos, los llamamientos,
los relevos, el servicio:
todos tienen como propósito principal
la perfección de la persona y la familia,
porque el Señor ha dicho:
'Ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a
cabo la inmortalidad y la vida eterna
del hombre'.”
(élder Boyd K. Packer, “ El poder del sacerdocio”, Liahona mayo 2010, pág. 9-10)
“Con demasiada frecuencia dejamos de sentir la felicidad que viene por el diario servicio
práctico del sacerdocio. En ocasiones las asignaciones pueden parecer cargas. Hermanos, no vayamos
por la vida inmersos en el cansancio, la preocupación y las quejas. Vivimos por debajo de nuestros
privilegios cuando permitimos que las preocupaciones mundanas nos alejen del abundante gozo que viene
a través del fiel y dedicado servicio del sacerdocio, en especial dentro de las paredes de nuestro hogar.
Vivimos por debajo de nuestras posibilidades cuando no participamos del banquete de felicidad, paz y gozo
que Dios concede tan profusamente a los fieles siervos del sacerdocio.”
(presidente Dieter F. Uchtdorf, “ Su potencial, su privilegio ”, Liahona mayo 2011, pág. 61)
OTRAS REFERENCIAS
“La autoridad del sacerdocio en la familia y en la Iglesia”, por élder Dallin H. Oaks, Liahona, noviembre 2005
“Las dos líneas de comunicación”, por el élder Dallin H. Oaks, Liahona, noviembre 2010
“El poder del sacerdocio”, por el élder Boyd K. Packer, Liahona, mayo 2010