CONCEPTOS BÁSICOS
— Expulsión de Adán y Eva del Jardín de Edén y su transformación en seres mortales por motivo de
su desobediencia en participar del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
— La caída significó para ellos transformarse en seres mortales (la muerte física) y ser separados de
la presencia de Dios (la muerte espiritual). Estas dos condiciones quedaron establecidas para toda su descendencia.
— Adán y Eva se encontraban en el Jardín del Edén en un estado de inocencia y por tanto no pecaron al
participar del fruto prohibido, sino simplemente transgredieron la voluntad de Dios. No existió el “pecado original”.
— Eva fue tentada por Satanás y cayó en transgresión ignorando, antes de participar del fruto, la diferencia
entre el bien y el mal. Aunque Adán tampoco lo sabía, su decisión de participar del fruto prohibido resultó
de su deseo de obedecer el mandamiento de permanecer junto a Eva. En eso bendijo a toda la familia humana.
— La Caída fue prevista por Dios y formó parte Su plan de Salvación. Sin Caída no hubiera existido progreso
para Sus hijos espirituales. La Caída se entrelaza con la Expiación, ya que por su causa fue necesario que
se proveyese al género humano un medio para vencer los efectos de ambas muertes. Jesucristo fue escogido en
el concilio de los cielos para ser el Salvador de la humanidad a través de Su sacrificio redentor. Gracias
al sacrificio expiatorio de Jesucristo todos los hombres han de resucitar (salvación universal) y podrán volver
a la presencia de Dios a condición de que se arrepientan y guarden los mandamientos (redención condicional).
Por tanto, la caída resultó ser una bendición para Adán, Eva y su posteridad.
ESCRITURAS
— Génesis 3
— Moisés 4
— Moisés 3:16–17
— Doctrina y Convenios 29:40–41
— Alma 42:5–9, 14
— 2 Nefi 2:11–27
— Doctrina y Convenios 29:39
— Moisés 6:48–49
— Mosíah 3:19
— 2 Nefi 9:6-15
— Moisés 5:10–11
— Alma 12:24
— 1 Nefi 10:6
— 1 Timoteo 2:14
CONTENIDO ADICIONAL
“Adán se vio en posición tal que le era imposible
obedecer los dos mandamientos precisos dados por el
Señor. Habíaseles mandado, a él y a su esposa, multiplicar
y henchir la tierra. Adán no había caído al
estado mortal todavía, pero Eva sí; en esas condiciones
desiguales los dos no podrían permanecer juntos, y,
consiguientemente, no podrían cumplir con el mandamiento
divino en cuanto a la procreación. Por otro lado,
Adán desobedecería el otro mandamiento si cedía a la
solicitud de Eva. Deliberada y prudentemente se resolvió
a seguir el primer y mayor mandamiento; y comprendiendo,
por tanto, la naturaleza de su acción, él también comió
del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Las
Escrituras afirman el hecho de que Adán obró a sabiendas
en este asunto...
“Sería contrario a la
razón suponer que la transgresión de Adán y Eva fué
motivo de sorpresa para el Creador. Por medio de su
previsión infinita, Dios sabía lo que resultaría de la tentación
de Eva por parte de Satanás, y cómo obraría Adán
en las circunstancias resultantes. Además, es evidente
que estaba prevista la caída como el medio de dar al
hombre la oportunidad de tener contacto directo con el
bien y el mal, para que de acuerdo con su propio albedrío
pudiera escoger el uno o el otro, y así prepararse, por
medio de las experiencias de una probación mortal,
para la exaltación que en el plan benéfico de su creación
se proveía: "Porque, he aquí, ésta es mi obra y
mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna
del hombre", díjole el Señor a Moisés. Dios tuvo por
objeto poner al alcance de los espíritus que había engendrado
en los cielos el medio de hacer un esfuerzo
individual y la oportunidad de ganar no solamente la
redención de la muerte, sino también la salvación, y aun
la exaltación, con los poderes de progreso y aumento
eternos...
Se ha convertido en costumbre muy común del género
humano el colmar de reproches a los progenitores de la
familia humana e imaginarse el supuesto estado bendito
en que estaríamos viviendo, si no hubiese sido por la
caída; cuando que nuestros primeros padres merecen
nuestra gratitud más profunda por la herencia que
legaron a su posteridad: el medio de ganar un título
a la gloria, exaltación y vidas eternas.“
(élder James E. Talmage, “Artículos de Fe”, págs. 71-77)
OTRAS REFERENCIAS
Cristo y la Creación, por el élder Bruce R. McConkie, Liahona setiembre de 1983, pág. 23