CASTIDAD (adulterio, fornicación)

CONCEPTOS BÁSICOS

— Nuestro cuerpo es un sagrado don de Dios. El poder de la procreación nos ha sido otorgado por nuestro Padre Celestial para hacernos partícipes de Su plan de traer espíritus al mundo.
— La atracción por el sexo opuesto, encausada a través de los sagrados vínculos del matrimonio, promueve nuestra participación del poder de la procreación a la vez que constituye un fuerte lazo de unión entre los cónyuges.
— El Señor nos ha mandado encausar esa fuerza de atracción solamente dentro del matrimonio, como expresión de amor hacia nuestro cónyuge y como medio para engendrar nuestra descendencia.
— El participar de relaciones sexuales ilícitas no es la única forma de violar la ley de castidad.Todo acto, palabra o pensamiento que directa o indirectamente despierte el impulso de atracción física por otra persona que no sea nuestro cónyuge, que en alguna forma haga burla, blasfeme o desnaturalice el sagrado poder de la procreación y la santidad del cuerpo o que materialice, en cualquier grado de intensidad o forma, una relación sexual extramarital constituye una violación a la ley de castidad.
— Además, todo acto, palabra o pensamiento que desvirtúe la naturaleza de las relaciones maritales tal como fueron establecidas según el modelo divino, también resulta en una violación a la ley de castidad.
— Las relaciones sexuales fuera del matrimonio no son justificables por el amor que se profesen quienes participen de ellas. Si fuese amor verdadero, cuidarían mutuamente el uno del otro a los efectos de no quebrantar la ley de castidad ni tampoco instarían a la otra persona a hacerlo, poniendo en peligro la felicidad y la seguridad de ambos a cambio de un placer pasajero y egoísta.
— La ley de castidad nos la ha dado Dios como protección para evitarnos la infelicidad que acarrea la inmoralidad. Al mismo tiempo provee la fuerza necesaria para hacer de la virtud el medio que nos brinde paz, seguridad espiritual y firmeza de carácter.
— Es mejor resistir la tentación que caer en el pecado; mas quien evita la tentación logra ser el amo de sus emociones. El autodominio se alcanza a través del control de los pensamientos y la firme decisión de mantenerse casto tomada de una vez y para siempre. Debe evitarse toda clase de pornografía. La fidelidad conyugal tanto en pensamientos como en hechos y palabras está en la base del éxito matrimonial y es el fundamento de un hogar feliz. No es aconsejable el noviazgo prematuro de los jóvenes.
— Para quien ha pecado, el camino que conduce al perdón pasa a través de un arrepentimiento sincero. Dada la naturaleza grave del pecado sexual, ese arrepentimiento debe incluir la confesión ante la debida autoridad eclesiástica.

ESCRITURAS

— Éxodo 20:14
— Mosíah 4:29-30
— Alma 39:3–5
— Alma 41:10
— Alma 12:14
— Mateo 5:27–28
— Proverbios 23:7
— 1 Tesalonicenses 4:3
— Doctrina y Convenios 59:6
— Doctrina y Convenios 63:16
— Doctrina y Convenios 42:22
— Artículo de Fe 13
— 1 Corintios 3:16–17
— Romanos 1:24–32

CONTENIDO ADICIONAL

“...También declaramos que Dios ha mandado que los sagrados poderes de la procreación se deben utilizar sólo entre el hombre y la mujer legítimamente casados, como esposo y esposa.”
“LA FAMILIA es ordenada por Dios. El matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para Su plan eterno. Los hijos tienen el derecho de nacer dentro de los lazos del matrimonio, y de ser criados por un padre y una madre que honran sus promesas matrimoniales con fidelidad completa. Hay más posibilidades de lograr la felicidad en la vida familiar cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo.”
“ADVERTIMOS a las personas que violan los convenios de castidad, que abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus responsabilidades familiares, que un día deberán responder ante Dios. Aún más, advertimos que la desintegración de la familia traerá sobre el individuo, las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas antiguos y modernos.”
(Proclamación Para el Mundo Sobre la Familia)

“El poder de creación, o podríamos decir procreación, no es solamente una parte accidental del plan sino es esencial para el mismo. Sin él, dicho plan no podría realizarse. El uso impropio de este poder puede echarlo por tierra. Mucha de la felicidad que vendrá a vosotros en esta vida dependerá de la manera en que utilicéis este sagrado poder de la creación. El hecho de que vosotros, varones jóvenes, podéis llegar a ser padres y vosotras, hermanitas jóvenes, podéis llegar a ser madres, es de la mayor importancia para vosotros..."
“Proteged y guardad vuestro don. Vuestra felicidad real y verdadera está de por medio. La vida familiar eterna, hoy únicamente en vuestras esperanzas y en sueños puede ser una realidad porque vuestro Padre Celestial ha conferido este don tan selecto a todos vosotros, sí, este poder de creación. Es la llave misma de la felicidad. Conservad sagrado y puro este don. Usadlo únicamente como el Señor ha indicado.“
(presidente Boyd K. Packer, “¿Por qué conservarnos moralmente limpios?”, Liahona, enero de 1973, pág. 16)

“El Señor ha hecho que seamos atractivos los unos para los otros para un gran propósito, pero esa misma atracción se convierte en un barril de pólvora a menos que se mantenga bajo control… Es por esa razón que la Iglesia aconseja en contra del noviazgo a temprana edad”
(presidente Gordon B. Hinckley, citado en “Para la Fortaleza de la Juventud”, ed. 2001)

“La inmoralidad no comienza por el adulterio ni la perversión, sino por las pequeñas indiscreciones, como el tener pensamientos o conversaciones sobre temas sexuales, el besuqueo apasionado, los manoseos, aumentando un poco más cada vez. Las pequeñas indiscreciones parecen insignificantes comparadas con el cuerpo fuerte, la mente firme y el dulce espíritu del joven que cede ante la tentación por vez primera, pero muy pronto lo fuerte se convierte en débil, el maestro en esclavo, y el desarrollo espiritual queda truncado. Pero si el primer acto incorrecto jamás echa raíces, entonces el árbol crecerá hasta alcanzar una hermosa madurez y la vida del joven se desarrollará en dirección hacia Dios, nuestro Padre…“”
(presidente Spencer W. Kimball, Liahona noviembre de 1980, págs. 95–96)

OTRAS REFERENCIAS

“Para la Fortaleza de la Juventud”
“¿Por Qué Conservarnos Moralmente Limpios?”, por presidente Boyd K. Packer, Liahona, enero de 1973, pág. 16
“La Pureza Personal”, por élder Jeffrey R. Holland, Liahona, enero de 1999, págs. 89–92
"Lo que piensan los profetas en cuanto a la castidad y la fidelidad", Liahona, octubre de 1999, págs.26-29
“La Ley de Castidad”, por presidente Ezra Taft Benson, Brigham Young University 1987–88 Devotional and Fireside Speeches, págs.51–54


 

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